La Cuaresma es un abajamiento humilde en nuestro interior y hacia los demás, una invitación a volver “hoy” al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, hoy es tiempo de regresar a Dios. Abramos nuestro corazón, a la invitación que se nos hace con las palabras del profeta Joel: «Vuélvanse a mí de todo corazón» (Jl 2,12).
Que estos 40 días, sean un tiempo de disponernos a caminar hacia la Pascua creciendo en actitudes de fraternidad y gestos de ayuno, oración y servicio.